sábado, 29 de septiembre de 2012

Honrar la experiencia

En realidad ya sabés que no te queda bien delinearte los ojos de negro. Pero ves a tanta jovencita con los ojos pintados así y te parece que quedan tan lindas, que pensás, «en una de esas, si hago la línea con más cuidado». 
Llegás a la cita y él te saluda con un: «¡Qué siesta eh! ¡Cómo están esos ojitos!»

Y recordás que después de los 30 hay que honrar la experiencia. Siempre.