Ayer supe que abrió un local de Adidas a la vuelta de mi casa. La marca de las tres líneas. Y no deja de emocionarme, porque cuando chica supe ser fanática de sus equipos deportivos y championes. No por haberlos tenido, sino por lo contrario.
En realidad, a mi sí me compraban cosas Adidas, pero brasileras. Eran los Adidas del Chuy, que no eran iguales, por mucho que mamá dijera que sí. Igual me encantaba tener equipos Adidas brasileros.
En general, llegaban antes de empezar las clases, con el viaje del "surtido". Yo sufría náuseas en la ruta, pero cuando llegábamos ahhh… qué lindo. Llenar el carro en el super y después ponerse ropa nueva de pies a cabeza era, sin dudas, una de las mejores alegrías.
Y la emoción de comprar bolsas enteras de bombachas o de llevar medias por docena… ¡Dios! Las idas al Chuy despertaron un exacerbado consumismo en mi primera infancia que hasta ahora estoy tratando de revertir. Pero esos viajes eran mucho más que comprar. Tenían puntos emocionales altos, como pasar la Aduana.
El operativo de esconder las cosas en el auto incluía hacer desaparecer bolsas, ponerse ropa hasta parecer el muñeco de Pirelli y coser almohadones con sábanas adentro, sobre los que había que sentarse. En general, era la abuela la que se les sentaba arriba porque era tan gorda que tapaba todo y además ella ponía cara de mala para disuadir al aduanero.
Antes de llegar al puesto de control, adrenalina pura. Y mamá que nos manda callar… shshsh… Y se abre el baúl y la respiración contenida y el hombre que observa y revuelve... Y me miro los pies con mis championes Adidas, y por gusto me piso uno con el otro, como si fueran viejos y no me importara. Y el auto que arranca y grandes festejos entre ventanillas.
El estreno de los Adidas en la escuela era otro gran momento. Aún sabiendo que no eran los mejores, que los verdaderos eran caros y estaban en otro lado. Acaso, a la vuelta misma de mi casa.
3 comentarios:
recuerdos de bagayos... pero en Yaguarón...
A eso se le llamaba CONSUMIR!!!!
juajaja pagaría por ver la cara de mala de la abuela!
divertidisimo lo que escribis, y como me siento identificada!! la primera vez que fui al chuy, fue en excursión, y volvi por supuesto con 6 bombachas puestas, y un equipo deportivo flamante. Como fue en omnibus, no senti tanto la adrenalina de la Aduana, aunque ahora me acuerdo que estaba la amenaza de la Aduana movil, que te podia parar en cualquier momento!
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