domingo, 26 de abril de 2009

Dar y recibir

Hay gente que tiene problemas para dar. Hay gente que tiene problemas para recibir. Hay gente que tiene ambos problemas y hay quienes no tienen ninguno de los dos. Deben de ser los felices, intuyo. Los que dan y reciben con naturalidad.

Yo tengo problemas para recibir cualquier cosa: abrazos, mimos, regalos, elogios. Todo me parece inmerecido, o al menos, tengo el impulso de redoblar la apuesta y dar el doble.

Los aficionados al dar no somos buenos, sino soberbios. Tenemos la fantasía de ser espiritualmente superiores. "¿Así que vos me das esto? ¡Ja! ¡Mirá lo que te doy yo! ¡Mirá si seré más bueno!"

Últimamente he pensado en este tema cuando voy al masajista. Porque se me hace una tortura recibir tanta caricia placentera y no poder decirle:

- Ta. Ahora acostate vos que yo te hago.

Y como no puedo masajearlo empiezo a bendecirlo en silencio. A modo de oración, con cada caricia suya, pienso:

"Que Dios te bendiga, que seas feliz siempre, que se cumplan todos tus deseos, voy a mandarte a todos mis amigos para que se atiendan con vos acá y tengas mucho dinero…".

Entonces me siento taaaan buena, que se me empiezan a ir las contracturas.

2 comentarios:

Matías dijo...

llegué hasta acá por Anita. Me gusta las cosas que escribis.

Saludos

pecesdecolores dijo...

me gusta más dar.. y que triste no saber recibir, no ser feliz recibiendo :(