A veces, te juro, me pregunto… ¿no será que me faltó una etapa uterina en que te completás como mujer y te hacés femenina? ¿Por qué no logro incorporar cosas que todas las mujeres hacen tan naturalmente?
Dicen, y yo estoy de acuerdo, que después de los 30 te asumís más. Como que dejas de querer ser alguien que no sos y decís: “Ta. No voy a leer el Quijote entero. Listo”. O ta, ya no voy a ser famoso. Ni rico. Ni siquiera voy a hacer ese posgrado en Europa y tampoco voy a aprender chino, por mucho que aumenten las relaciones bilaterales…. Como que decís: “Soy así. Punto”.
A mí me pasó eso con casi todo, menos con los cuidados femeninos. Sigo envidiando a las mujeres que se abrochan el soutien en la espalda, se ponen crema de cuerpo y crema de manos y se sacan las cejas con regularidad.
Yo me entero de que tengo que cortarme las uñas de los pies cuando el roce me hace sangrar los dedos y se me ensucia la media. Siempre ando con un involuntario estilo Frida Kalho y, jamás, jamás, pude ponerme crema de cuerpo concienzudamente.
Compro cremas a troche y moche. Cada vez que aparece una, renuevo mi esperanza de cambiar. “Esta parece tan buena… Esta sí que me la pongo” pienso. Y me la pongo… los primeros tres días. Cuatro si ando con algún amorío.
Las cremas se endurecen. Las etiquetas se decoloran. Pero no las tiro. Las conservo. Tanto como mi esperanza de ponérmelas.
Hace rato que cumplí 30 y ya quiero decir: “Ta. Soy una mujer que no se pone cremas. Seré áspera hasta el fin de los días”. Pero no lo logro.
Yo sé que a vos te parece una pavada, pero las cremas de cuerpo, en mi vida, vienen siendo ese delgado límite que separa el aceptarse a uno mismo del querer ser mejor. Por eso me compré esta Nivea.
1 comentario:
me pasa también con el maquillaje.
las cremas las he ido incorporando y la depilación paulatinamente, pero el maquillaje es algo que no me sale naturalmente.
cuando tenía 20 decía que después de los 30 iba a ir a trabajar maquillada todos los días. y nunca lo logré.. :(
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