En el gimnasio me encontré con Claudia, mi amiga en Facebook, y sentí el deseo enorme de preguntarle “Y, ¿cómo anda todo por ahí? Contame algo por favor”. Pero ahí me di cuenta: nuestros amigos son distintos en la red social.
- No sabés, Claudia. Estoy cumpliendo 13 días y 20 horas sin Facebook y no sé como estoy viva.
- ¿Te salisteeeee?
- Sí, pero creo que voy a volver. No aguanto.
- ¿Pero por qué saliste?
- Ahhh… Es complicado.
Faltaba un ratito para la clase, así que le conté:
- Cuando era bebé lloraba y mamá me daba gotas para que me durmiera. Ella me lo contó. Hasta me hizo tener episodios de sobredosis con esas gotas. Después las prohibieron, no me sale el nombre… Como que te diga Paratropina pediátrica pero no eran. Eran para la tos. Y bueno, según mi teoría, ahí se me formó un carácter adictivo salado.
De niña, fueron las golosinas y la coca cola. En la adolescencia sumé el cigarrillo, la cerveza y el mate. Y después seguí sumando.
Ahora de grande tengo dos problemas fuertes: soy farmacodependiente y no puedo vivir sin Internet. Ta, tuve un breve período con el Nescafé Capuchino pero lo superé, por suerte.
- ¿Farmacodependiente de qué cosas, por ejemplo?- se interesa Claudia.
- ¡Ahhhh de todo! Especialmente pastillas para dormir y relajantes musculares, pero me gustan casi todos los remedios. La vidriera de la farmacia para mí es como una liquidación de Zara… Y esos que se llaman tipo “Dolorfin” “Aliviol”… ¡Me encantan! Pero eso lo tengo controlado. Lo peor es el Facebook. Se me fue de las manos.
- Pero si vos nunca publicabas nada…
- Pero miraba todo. Álbumes interminables de gente desconocida. 80 fotos de bebés que jamás conoceré, 50 paisajes de las vacaciones en el Caribe de otros con los que ni me hablo, 35 tomas de un asado de un tipo que trabajó conmigo en el 2000…
Hasta me colgaba a mirar todos los perros que había en El Refugio cuando posteaban que había un abandonado nuevo… Entonces dije basta y me salí. Pero es duro. Me hice Twitter, Linkedin, me bajé el skype… Estos días del Mundial tuve una abstinencia horrible. “¿Qué estarán posteando sobre el pulpo?”, me preguntaba.
Un poco por eso vengo a esta clase, para cansarme y dormirme rápido. Igual por suerte tengo pastillas. Mañana es el día 14 y, como todas las mañanas, cuando oiga el sonidito de inicio de Windows tendré que repetir como los alcohólicos. “Solo por hoy”. “Solo por hoy me conformo con el MSN”.
Claudia me mira y me dice que no me preocupe tanto, que a ella le pasa algo parecido.
- No con la Paratropina y eso, pero con el Facebook me pasa más o menos igual- me consuela.
Yo sé que lo dice de solidaria que es nomás. La conozco bien. No de la vida ni del gimnasio, sino porque era mi amiga en Facebook.
5 comentarios:
maestra, yo me fuí y soy felíz! cierto que no tomé nunca paratropina; si me traicionas no te recibo en villa serrana... bueno, no haré tal cosa, pero si presionarte más que el *innombrable*.
No te preocupes, Maru, ahora lo divertido está en Twitter, Facebook ya fue! jejeje (bueno, no tan así, pero Twitter es 1.000 veces más divertido!) besooo
Me parece que no es tan patológico tu comportamiento en el Facebook. Es lo que hacemos todos!!! chusmear la vida de gente que si vemos por la calle capaz ni saludamos pero eso es lo lindo, es un vouyerismo cibernético, otros miran novelas, o intrusos. No te sientas mal por eso!!!
¿Sabes que hice? Puse esta entrada en el Facebook :D
Se te extraña por allí.
no sabía.. no miro mucho el fbk, ni sé qué amigos tengo, y pocas veces miro sus fotos. aunque debería porque después me dicen por la calle "pero cómo no sabés que me casé o que tuve otro hijo o que me recibí, no mirás el fbk?" patético estar si no mirás. no sé bien para que lo tengo, creo que para sumar amigos :( que angurrienta no?
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