Las mujeres de mi gimnasio están obsesionadas con la posibilidad de que las vean desnudas si se visten frente a la ventana del vestuario. Se quejan porque los dueños no han comprado una cortina y me advierten siempre:
- !Ojo! Paráte de este lado porque a veces hay un tipo que mira para acá.
Me muevo y cambio mis cosas de lugar. A regañadientes y con ganas de preguntar:
"A ver muchachas... ¿No se supone que venimos para eso? ¿No estamos una hora levantando las patas justamente para que un hombre quiera vernos desnudas?"
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