Cuando no está muy drogado, el cuidacoches que duerme en mi cuadra es simpático, y nos saludamos.
Hoy estaba distraído mirando para arriba y escuché que, medio a los gritos, le preguntó a su colega de enfrente:
—¿A vos te gustaría estar ahí arriba?
Miré buscando un avión mientras el otro le respondía muy seguro:
—Yo ya estuve.
Era un ala delta tan linda que no pude evitar darme vuelta para ver bien la cara del afortunado.
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