Venía caminando por la rambla. Oí bocinas y miré pensando que era raro que me tocaran bocina, porque estaba caminando con Daniel.
Entonces vi que dos conductores se hacían señas feas y ahí me di cuenta: las bocinas en la rambla no siempre eran para mí y mis calzas blancas. Sic transit gloria mundi.
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