lunes, 24 de noviembre de 2008

alegría multicolor


En Montevideo se usa tirar arroz de colores en los casamientos. La moda la propuso – imagino- la única vendedora que hay frente al Registro Civil. Y se consolidó – también imagino- gracias al estrés de la gente, que hace que todo el mundo diga “Ayyy, me olvidé de traer arroz” y no tenga más remedio que comprar el multicolor.

En Treinta y Tres, donde no hay puesto de venta, seguro que los novios se siguen casando con arroz blanco, como Dios manda. Lo digo más que nada pensando en las palomas, que sin querer se comen toda la tinta y vaya uno a saber qué les pasa después y cómo cambia la suerte que suelen regalar desde las alturas.

Todos los días pienso estas cosas, porque el destino me puso a trabajar en una oficina pegada al Registro Civil y me la paso de casamiento en casamiento. Mis preferidos son los de los presos, pero me gustan casi todos.

Miro a las palomas mientras me saco el arroz que me queda pegado en los zapatos. Aunque no sé qué les pasa después, es divertido ver cómo se van convencidas de que comieron una ensalada primavera.

Me sacudo con las dos manos los restos de la alegría ajena, pero me dejo un poquito, para no empezar siempre de cero a buscar la mía.

Foto: Paula Artasánchez

2 comentarios:

Luz Jenny Aguirre Tobón dijo...

bello texto Marujita mía.

María dijo...

Brillante! Me encantó la reflexión!