sábado, 29 de marzo de 2008

por favor, seamos claros

Para que comprobara hasta donde la intención moldea las cosas que nos pasan, el psicólogo le indicó que hiciera tres plantaciones diferentes, en distintas macetas.

Al poner las semillas, debía concentrarse en varios sentimientos. Tenía que enterrar unas con amor, otras con indiferencia y las últimas con odio. Además cada día, cuando las regara, debía decir arrumacos a la primera maceta, mantener silencio con la segunda e insultar a la tercera.

El problema no fui su incredulidad hacia el poder de la mente sino su distracción. El tercer día ya no pudo distinguir bien cuál era cual. Hizo algunos intentos pero apostaría a que se equivocó. Debe de haber regado con amor la maceta del odio e increpado con un “Hija de tu madre, nunca vas a llegar a nada” a la “Indiferente” y así… Porque jamás creció ninguna, de puro desconcierto.

martes, 25 de marzo de 2008

creencias

Siempre fui de creencia fácil. Y esa tendencia a convencerme de cualquier bobada me ha salvado la vida más de una vez.

Las invenciones de mejor arraigo son- obviamente- las de las madres. La mía decía que el café con leche tibio curaba el dolor de garganta Y me lo decía tan convencida que me curaba. Hasta ahora, las primeras molestias faríngeas las combato con café con leche. Tibio, eso sí.

Paradójicamente, la misma madre me hizo creer que acostarse con el pelo mojado enferma de la garganta. Por esto me he perdido varios eventos sexuales espontáneos, de esos que surgen después de una ducha veraniega. Es que ni loca me acuesto con el pelo mojado y las pasiones no siempre resisten el ruido del secador durante 20 minutos.

Pero mi madre no era la única. En general le creo cualquier cosa a cualquiera. Una vez una amiga me llevó a un homeópata brasilero (en Treinta y Tres no existe decir brasileño).para que me curara la gastritis. El tipo recetaba gotas pero básicamente te adivinaba. Por ejemplo, apenas me senté, sin preguntarme nada me lanzó un “Para usted la cebolla es un veneno”. Yo no sé si fue porque la dejé de comer y mi sistema digestivo se desacostumbró o simplemente porque le creí, pero nunca más pude tragar cebolla.

Y este mismo hombre es el que creo que me ha salvado la vida. Porque antes de darme las gotas (que nunca me sirvieron) me predijo “Usted se va a morir de vieja”. Y entonces los días en que me levanto y pienso “Hoy me muero de tristeza”, me acuerdo de “Pirayú “ y me convenzo de que todavía no. Va a ser de vieja. Así que me visto y salgo.

sábado, 22 de marzo de 2008

de avanzada

En general no tengo pensamientos de futuro. Carezco de “visión” y de criterio para imaginar cómo serán las cosas con el avance de la ciencia y la tecnología. Sin embargo, hay dos momentos que me hacen nacer esa inquietud y decir: “Mis nietos, si Dios quiere, no tendrán que pasar por esto”.

Ese pensamiento-plegaria es recurrente ante:
1- La necesidad de desenredar los cables de los auriculares.
2- La prescripción ginecológica de colocarme un óvulo.

Comparado con esas molestias, incluso el hecho de que me tiñan los dedos para darme la cédula o votar me parece inteligente.

jueves, 20 de marzo de 2008

diecinueve

Entro al kiosco y elijo un refresco. Además del chico que espera para cobrarme, hay dos señoras hablando muy fuerte.

El muchacho dice “Diecinueve” cuando apoyo la botella en el mostrador.
- ¿Algo más?, pregunta.
- No, le contesto.
- Diecinueve, repite.

Y me digo: “¿Cuántas veces me va a decir el precio este tonto?”, mientras saco un billete de veinte.

Para mi sorpresa, me devuelve cuatro pesos. "Definitivamente es tonto", pienso.

_ Me diste mal, le aviso. (No porque me disguste la idea de quedarme con un cambio de más, sino por aquello de que el mundo es redondo y de que todo lo que va, vuelve y esas cosas).
Pensé que el hombre se había confundido con el barullo de las señoras. Pero me respondió terminante:
_ Lo que compraste cuesta 16. Yo le estoy diciendo a mi madre que hoy es diecinueve. Y señala a una de las señoras.
_ Ah… Perdoná, me retracto. Agarro las monedas y salgo. Me siento una tonta... Acaso por aquello del mundo redondo.

miércoles, 19 de marzo de 2008

rebeldía

Supongo que el origen está en la primera vez que fui al cumpleaños de un varón. Era el hijo de los dueños de la Librería Infantil, así que el cumpleaños era en la Librería Infantil. Mamá me llevó apurada, como siempre.

No recuerdo si me divertí el primer rato de la fiesta, pero puedo evocar el momento preciso en que fui al baño. Me subí el vestido y cuando fui a bajar la bombacha… No había bombacha.

En algún momento, la madre del varón habrá decidido entrar al baño a sacarme. Por mi llanto desconsolado y seguramente por la fila de niños con pis inminente que se habría formado.

Mamá me vio llegar con la cara hinchada de llorar, me abrazó, me bañó otra vez y me puso bombacha. Empezaba a recuperarme un poco cuando escuché que se lo estaba contando a mi tía y entonces me di cuenta: a ella le causó gracia. A mi tía también. Y se rieron.

Capaz que en el fondo nunca se lo perdoné y decidí vengarme negándome a usar soutien. Y ella tuvo que soportar las discusiones con mi padre porque él no entendía (ni ella) el motivo de mi rebeldía con la ropa interior. Y también tuvo que avergonzarse cuando se me translucían los pezones en situaciones formales...

Yo sé que usted no tiene nada que ver, doctor. Se lo cuento porque estoy cansada de que los médicos pongan esa cara después de que obedezco el “Sáquese el buzo”.

martes, 18 de marzo de 2008

de mateo y mía

Esa tristeza que tienes
viene de un rostro cansado
viene de manos abiertas
por manos que han escapado

domingo, 16 de marzo de 2008

No me digan que es por salud...

Las mujeres de mi gimnasio están obsesionadas con la posibilidad de que las vean desnudas si se visten frente a la ventana del vestuario. Se quejan porque los dueños no han comprado una cortina y me advierten siempre:
- !Ojo! Paráte de este lado porque a veces hay un tipo que mira para acá.

Me muevo y cambio mis cosas de lugar. A regañadientes y con ganas de preguntar:
"A ver muchachas... ¿No se supone que venimos para eso? ¿No estamos una hora levantando las patas justamente para que un hombre quiera vernos desnudas?"

jueves, 13 de marzo de 2008

Por reacción

Ya era grande cuando descubrí que mi hermana era más linda que yo. Todos me lo habían ocultado y viví años en esa ignorancia. Supongo que creía que éramos igualmente lindas... Que era lo lógico, si - como decía mami- las dos habíamos recibido lo mismo.

Una noche imborrable, estábamos en el baño. Una a cada lado del espejo, apretándonos la cara... granitos y esas cosas. En un momento ella habló. La miré. Me miré y... “¡Paaaaaaa! Esta niña es mucho más linda que yo”, me di cuenta.

Siempre había tratado de diferenciarme de ella, pero no para ser más fea. Si mi hermana tomaba Vascolet, yo pedía café. Ella quería muñecas, yo el Bata- Bata... Y todo así. Terminé vistiéndome en la Sección Hombres en mi afán de ser distinta.

En psicología se llama “reacción”. Parece que nos movemos por “acción” o por “reacción”. Y ahora pienso que por “reacción” no hice la comunión y me quedé sin religión. Por reacción no hice fiesta de 15 y me quedé con las ganas del cortejo. Por reacción no me casé y me quedó la fantasía del vestido blanco. Por reacción estudié una carrera “no convencional” y gano sueldos de subsistencia. Por reacción no puedo ser ordenada ni ponerme las dos piezas del conjunto de ropa interior el mismo día...

No sé si el hecho de que todos los que me gustaban me llamaran “cuñada” sería también por “reacción”, pero en cualquier caso, parece justo que mi hermana pague mi terapia. ¿O no?

miércoles, 12 de marzo de 2008

este amor es muuuy viejo... pero como Kari dice que me extraña....

La psicóloga me preguntó cómo es el tipo de hombre que me gusta. Ni idea. Me han gustado sólo dos. No sé cómo me gustan, le digo.

- ¿Pero ...cómo te imaginás que sería .... o no sería?
- Me cuesta mucho pensarlo así, en el aire... Alto....
- ¿Qué más?
- Más alto que yo....
- No importa.... nombráme a alguien....Por más inaccesible que parezca...
- Es que ni un inaccesible me gusta....Pienso en Dolina. Pero la única vez que lo vi de cerca me impresionó tanto que no me pasó nada parecido a la atracción. No sé... Alto.

Infructífero, el tema terminó ahí.

A mediodía vuelvo a salir de casa. Camino despacio porque la plaza está como mágica. Y yo que ando con el tema de la respiración y meditar y todo eso, trato de disfrutar del camino. Hay un sol espectacular y un señor toca el violín y todo el clima es como de película y yo me siento Amelié.

Paso por La Corte, que es como un pub -restaurante decorado con ambiente "cortesano", obvio. De repente salió y yo lo reconocí enseguida. Lo había visto en la tele y en la radio.
Altísimo, rubio, principesco, esbelto, se sonríe, le da la mano a su compañero -como todos los políticos- con mucha energía.

La psicóloga ya se había olvidado del tema una semana después.
- Ope, le digo.
- ¿Qué cosa?
- Ope Pasquet. Así me gustan los hombres. Cómo él.

Se sonrió y cambió de tema. Creo que le dio gracia porque a ella también le gusta. ... O tal vez por haber despejado sus hipótesis lésbicas de la consulta.

jueves, 6 de marzo de 2008

cuasi- duelos

un día decidimos
que ya no esté
ese paisaje
y seguimos
y cuasi duele

domingo, 2 de marzo de 2008

banco de imágenes

Considero fundamental tener una imagen linda que sustituya el último pensamiento del día. Siempre trato de tener al menos una que valga la pena evocar en ese momento, o cuando me toca ir al dentista, por ejemplo.

Mi dentista de la infancia tenía un método que yo he ido reiterando con sus colegas sucesores. Agarraba el torno y me decía:
- “Bueno. Ahora cerrá los ojos y pensá en algo bieeeen lindo. Muy lindo”.
Y ahí uno no sentía ni aguja ni torno ni nada.

Pero hay épocas en que tengo escasez de imágenes. Entonces trato de enamorarme o postergar mis limpiezas de sarro.

Hay consultas muy frustrantes. A veces el profesional no comprende y lo empieza a mirar mal mientras uno (ya con la manguerita chupadora puesta) busca desesperado en su banco de imágenes, mientras mantiene las manos haciendo la seña de la “T”.

Cuando lleva más de 50 segundos encontrar una imagen que anestesie, seguramente el felizómetro está en números rojos. (Yo tengo más de una carie arreglada en esas condiciones y doy fe de que uno sufre hasta el olor de la pasta).

Esta semana voy a sacarme placas (otra experiencia que amerita sendos retiros de mi banco de imágenes) y además tengo dentista. Por suerte pude hacer un depósito grande y por adelantado.