domingo, 20 de diciembre de 2009

La gran mochila

Hoy me compré una mochila en el Chuy. Re linda. Aunque mamá dice que ese color se ensucia mucho y que cómo la voy a lavar.

Ella quiere que la ponga como regalo en el arbolito.
- ¿Te acordás de que una Navidad te dejé una mochila en el arbolito?- me pregunta.
- No fue en el arbolito. ¿No te acordás de lo que me pasó con esa mochila?
- No.
- ¡Ay mamá! Si fue horrible…

***

Todo sucedió, supongo, por culpa del hastío. Era un diciembre aburrido y yo, como de costumbre, estaba en Montevideo, ayuna de todo sentimiento amoroso.

A él lo había conocido en un viaje. No me había enamorado, pero me daban ganas de verlo de nuevo… Sólo tenía su correo y había cero confianza como para invitarlo a casa. ¿Qué podía hacer? Nada.

Un día, él me escribió un correo que lo solucionaba todo: “Viajo para Treinta y Tres. ¿Necesitas que te traiga algo?”. No necesitaba nada, pero dije que sí y llamé a mamá:

- Mami, ¿tenés mi regalo de Navidad ahí?
- Sí, ya está en el árbol.
- Ok. Entonces sacalo, sacale el papel y dáselo a mi hermana.
- ¿Para qué se lo voy a dar? Si ella no usa mochilas…
- ¿Una mochila me compraste? ¡Qué bueno! Pero vos hacé lo que te digo. Yo me ocupo de que haya algo para mí en el arbolito. Dale la mochila a mi hermana, que voy a llamarla para que se la alcance a un amigo que va para ahí.

Mi madre obedeció sin preguntar mucho y mi hermana hizo todo perfecto. Lo buscó y le dio mi abortado regalo navideño. Al otro día, él me estaba llamando para llevarla a casa.

Cuando llegó, era más lindo de lo que yo recordaba. Yo estaba nerviosa y empecé por abrir el paquete pero… oh sorpresa, la mochila era un horror. Acaso la más fea que se ha fabricado en la industria del viaje.

Estaba tratando de sobreponerme de la desilusión cuando escuché que me hablaba:

- Che… Me enamoré de tu hermana. Me caso con tu hermana. ¿Tiene novio allá?

Tuve que decir una frase cualquiera mientras respiraba hondo:

- Lo bueno de este color es que no se ensucia, ¿no?

Entonces caí en la cuenta: Papá Noel me había traído, nuevamente, un amigo asexuado… La gran mochila que cargo desde siempre.

- Mi hermana está sola- le dije.

***

Mamá dice que no se acuerda. Y asegura que mi mochila estaba en el arbolito. Una mochila lindísima y de un color mucho mejor que esta nueva, que se me va a ensuciar de nada.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantan tus historias.

Mariana dijo...

Buenisimas todas las historias! La de la mochila es espectacular!
Muy divertido y recomendable!

вιттeя∫weeт яul℮ вяeakeя dijo...

Wow, solo iba pasando por aqui y la historia de la mochila me encantó, creo que me quedaré aqui por un rato mas, felicidades está muy genial

Unknown dijo...

me encanta este cuento como todas tus historias. feliz 2010 linda, que sea un anyo de nuevas sensaciones y nuevos encuentros. xx

Eswin Quiñónez dijo...

Tipo asexuado y abarbado. Yo odié a Papá Noel hasta que un día llegó a mi casa y se llevó el regalo más feo que me habían dado esa Navidad. El tipo era un ladrón borracho vestido de Santa Clós.
Se te quiere, linda Maru. Besos.