sábado, 10 de agosto de 2013

Danos hoy el controlador de cada día

Hace bastante aprendí en terapia que no está buena la dinámica controlador- controlado; que debo valerme por mí misma para ser más libre, porque los controladores te quitan libertad.

Claro, te facilitan la vida también. El controlador es el que siempre sabe lo que te conviene, el que no te deja caer en tu caos.

Es la persona que no deja que llegues tarde a los lugares ni que te manden al Clearing… Es quien sabe que después vas a querer ponerte esa ropa, y entonces te la lava antes, para que esté seca. O que puede prever que después vas a sentir sed, y te lleva una botellita de agua en su bolso.

El controlador es el que te unta su protector solar y te recuerda que hoy cumple años Fulanito, que no te olvides de llamarlo.

Yo lo busco con mi inconsciente como un adicto a la droga, pero cuando viajo siempre tengo la fantasía de reinventarme, de ser más libre.

En el último seminario conocí a una cubana y el primer día nos sentamos juntas a la hora del almuerzo.

Coge una gaseosa del refrigerador, que es gratis- me indicó mi amiga nueva.
No, no. Ya tomé agua-contesté.
Cógela igual, porque en la tarde hará calor y te va a dar ser. Cógela, porque si no tendrás que comprar una después.

(Acá me tuve que tranquilizar a mí misma para no reaccionar: “lo hace por cubana, no por controladora”, “lo hace por cubana, no por controladora”, me repito, y supero la situación con un:

Ok. Después agarro una.

Pero al otro día suena el teléfono a las siete. Es ella. Dice que me llama para que “no me vaya a quedar dormida y llegar tarde”.

“No era por cubana”, me resigno. Y mi corazón le da la bienvenida a mi nueva controladora.

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