jueves, 20 de febrero de 2014

Malos pensamientos

Shshshhshsh… Yo sé que está mal, pero a veces me enojo con las feministas que cambiaron el mundo y me quitaron la posibilidad de ser una mantenida sin culpa, de esas que se quedaban a bordar, tocar el piano o, en el peor de los casos, limpiar la casa.

Llego cansada, está todo sucio, estoy sola, no hay cena, la ropa lleva dos días dentro de la lavadora y se terminó el agua mineral. Entonces tengo malos pensamientos. “¡Malditas libertarias! ¿Por qué no me preguntaron? Yo quería un matrimonio arreglado y poder aprender a tejer mantelitos de esos tipo centro de mesa. Y ta. ¡Ni votar me interesaba!”.

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