jueves, 21 de febrero de 2008

Normalita

Amanecí casi al mediodía en la casa de la playa. Él estaba levantado desde temprano. Me esperaba con el mate pronto y una bolsa de bizcochos, me contó.

Tomé un mate y me extendió la bolsa.
- ¿No te gustan?
- Es que no como, expliqué, tímidamente.
- ¿No comés bizcochos? ¿Por qué?
- Tienen grasa animal. Se pega al paladar.
Hubo un silencio. Me miró serio, respiró hondo y se animó a preguntar:
- ¿Siempre fuiste así o en algún momento de tu vida fuiste… ?
- ¿Normal?, lo ayudé
Asintió con la cabeza.
- Fui. Cuando era niña fui normal, confesé.

3 comentarios:

analfabeto informático dijo...

Si este país permite el derecho a réplica, y el cyberespacio no es una dictadura de la dueña del blog, ahí va la verdadera versión (esta sí, chequeable):


Amanecí casi al mediodía en la casa de la playa. Él estaba levantado desde temprano. Me esperaba con el mate pronto y una bolsa de bizcochos, me contó.

Tomé un mate y me extendió la bolsa.
- ¿No te gustan?
- Tienen grasa de vaca - mi voz sonó dura, cortante, definitiva-. Se pega al paladar.

Hubo un silencio. Me miró serio, pensó en todas las panaderias que visitó en la madrugada de Atlñatida, buscando bizcochos calentitos para mi paladar negro, respiró hondo y se animó a preguntar:
- ¿Siempre fuiste así o en algún momento de tu vida fuiste… ?
- ¿Normal?, lo ayudé
Asintió con la cabeza.
- Fui. Cuando era niña fui normal, confesé.

Unknown dijo...

Pobre Analfabeto! Aún cree que existen las verdades únicas y verificables. Es que las necesita, como a otros les pasa con Dios. Igual es el Analfabeto más lindo que conocí... aunque venga aquí como un refutador de leyendas.

Unknown dijo...

Y me olvidé de poner la PD. Que conste en actas que la cosa siguió y en determinado momento dije:

- Si para vos es importante que yo me coma este vigilante con grasa vacuna, me lo como. No hay problema.

Tuve la esperanza de que dijera: "No es necesario. El daño ya está hecho". Pero el señor afirmó: "Sí. Es importante".

Estoica, agarré la bolsa y me lo comí calladita la boca.

Cuando terminé, apenas me animé a soltar un: "MUUUUUUUUUUUUU".